Lo más notable
que he encontrado entre la gente después de conocerse los resultados en la
provincia, es que a nadie le ha inquietado saber que ganó el candidato de uno u
otro partido político, siempre que hablemos de la actual conducción o del PRO.
Lo que
nadie quería es verlo triunfador a Rossi. El hecho de representar
incondicionalmente al kirchnerismo no caía bien por estos pagos.
Los otros
dos candidatos de una u otra manera representaban la democracia, la libertad,
el federalismo.
En cuanto a
los partidos políticos, podría decirse que están en crisis. La gente vota al
candidato que más conoce y se aproxima a sus necesidades.
Las
estructuras de los partidos políticos habría que replantearlas, y que sean más
dinámicas adaptándose a los tiempos presentes.
Es que
izquierda, derecha o centro, no representan nada si sus candidatos no son
creíbles, ecuánimes. La ola de corrupción que nos envuelve hoy en día hace
necesario replantearse además, que se debe exigir “verdaderamente”, declaración
de bienes de los que se postulan, y un posterior seguimiento.
La
provincia esta en orden y con esperanzas de avanzar, pero habrá que saber qué pasa más adelante con las elecciones
nacionales tan temidas por todos.