Lo que podemos manifestar desde aquí, es que nadie, y me refiero a los políticos, debe sentirse tranquilo con los resultados. Ya que los dos partidos mayoritarios que sufrieron internas, deberán esperar que los que no votaron al candidato ganador en esta oportunidad, manifiesten su apoyo al mismo en las próximas elecciones definitivas.
Tanto en la provincia como en el país se necesitan gobernantes con capacidad de diálogo y toma de decisiones en el camino de consenso.
Gane quien gane debe saber que muy por sobre su período de gestión, deberá emprender obras y programas de gobierno, que muy posiblemente necesiten más tiempo que el de cuatro años para su realización. Por ese motivo hay que asegurar el futuro con un acuerdo entre los distintos actores en cada caso; no importa el signo político que profesen, la patria debe estar primero. Y cuando digo patria no me refiero a la abstracción simbólica del territorio, quiero que se visualicen los miles de habitantes que con su trabajo silencioso crean riquezas y merecen progreso, bienestar.
Los personalismos absolutos no ayudan a la hora de negociar políticas, hay que saber escuchar para discernir que es lo correcto.
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