Los medios de comunicación nos acercan al instante los sucesos. A veces no es bueno, estar tan informados.
Cuando al senador Reutemann se le escapó su mano derecha, la senadora Lattorre, cayó en una escandalosa declaración por radio, lanzando improperios, en medio de su nerviosismo. Quedamos todos, los que seguimos de cerca su comportamiento, como futuro presidenciable, anonadados.
Tiempo después nos sorprendió, las declaraciones en vivo y en directo, por televisión, de Maradona. Para colmo de males, no se desdijo, y le agregaron videos desde el micro, mientras se alejaba, haciendo ademanes obscenos. Otra vez, asistimos a un lenguaje salvaje, callejero, vulgar, cuando en verdad esperabamos ver la alegría del festejo de la clasificación argentina (por milagro).
Ahora, el que se desbocó, es el señor De Narvaez, supuestamente presidenciable, también.
Maradona, ya sabemos, no se le puede pedir mucho refinamiento, y no es que lo justifique.
¿Pero Reutemann y De Narvaez, podrán ocupar la presidencia de la nación? ¿Es contagiosa la vulgaridad en público? NOOOO!!!
Y el pueblo escucha... y después decide..., señores políticos.
¡Qué lejos estamos de nuestros próceres! 
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